Los arrozales de Cantarita, entremuros del Guadiamar y Veta Adalid, Espacio Natural de Doñana, fueron el destino de la salida del pasado 20 de octubre.
La jornada estuvo muy entretenida, con momentos notables de observación ornitológica y con un buen número de especies anotadas en los cuadernos de campo. Destacable fue observar cómo centenares de cigüeñas blancas iban entrando en una térmica que las acogía y las elevaba a lo más alto, cómo un elegantísimo macho de aguilucho papialbo posó para nosotros a la hora del bocata, y cómo los primeros ánsares se movían por el arrozal recién cosechado.
Observar aves en compañía de buena gente es altamente gratificante.
